PASOS DADOS
Conocimiento personal, sexualidad, afectividad,
espiritualidad ignaciana…
15 de Octubre de 2014, Roma
VIVIENDO CONSCIENTEMENTE
CRECIMIENTO PERSONAL, SEXUALIDAD Y AFECTIVIDAD
Hemos dedicado unos días a ahondar en el eje transversal del conocimiento personal de la mano de Esther Lucía Awad, psicóloga colombiana con una amplia experiencia de acompañamiento. Han sido jornadas intensas en las que se nos ha invitado a vivir de manera integrada y equilibrada las diferentes dimensiones -psicológica, trascendental y social- de nuestro ser personal.
Desde el convencimiento de que cualquier persona que opta por la vida religiosa ha de ser una ‘mujer adulta, autónoma y emocionalmente responsable’, se nos invitaba a ser conscientes de nuestro propio proceso para desde ahí, poder acompañar a cada una de las hermanas en un camino que vamos recorriendo a lo largo de toda nuestra vida.
A través de presentaciones dinámicas, con ejemplos claros y gran transparencia y lucidez para llamar a cada cosa por su nombre, hemos avanzado en una mayor comprensión de qué supone el camino de crecimiento e integración personal. Se trata, en palabras de San Ignacio, de ‘cuidar el subiecto’; de proponer experiencias adecuadas en cada una de las etapas de la formación. Somos conscientes de que todo lo que cada uno haga por armonizar su vida, redundará en sus relaciones y en el cuidado de los demás.
Como religiosas de Jesús-María, llamadas a ser con otras y otros en comunidad y para la misión, descubrimos la necesidad de vivir conscientes de lo que acontece en nosotras y en nuestro mundo. Queremos poner en juego aquello que Dios nos regala para que Él pueda encarnarse también hoy. Queremos ser con los demás, experimentar en la soledad al Dios que nos habita, cuidar la capacidad para reconocer y expresar las emociones y saborear espacios en los que podamos hablar y confrontar la vida desde la intimidad.
Además de la importancia de trabajar las tres dimensiones de la persona de manera integral haciendo énfasis en cada una de ellas a lo largo de cada una de las etapas de formación Inicial, resuena como eco el que, por encima de la diversidad cultural, somos personas, somos mujeres. Experimentamos que aunque el punto de partida y el camino a recorrer en cada región sea diferente, lo escuchado y trabajado nos regala claves desde las que ir haciendo un proceso de crecimiento humano que nos convierta en apóstoles para la misión.
ESPIRITUALIDAD IGNACIANA
Rolphy Pinto, jesuita de la India, nos acompañó el día 14 de octubre. Comenzamos celebrando una eucaristía sencilla y familiar, y poco después nos fue conduciendo al corazón de la espiritualidad ignaciana a través de la presentación de las diferentes polaridades entre las que se sitúa. Y es que nuestra vida se mueve continuamente como un péndulo entre polos aparentemente opuestos. Se nos invita a orar como si todo dependiera de Dios y a trabajar como si únicamente dependiera de nosotras; a vivir en pobreza cuidando los medios necesarios para el apostolado y estando dispuestas a servir a cualquier persona; a encontrar a Dios en medio de la realidad e implicarnos vitalmente en ella sin que los valores de nuestra cultura pasen por encima de los evangélicos; a vivir la castidad y a la vez la amistad y el ser compañeras en el Señor; a ser creativas y tener iniciativa viviendo radicalmente la obediencia.
Si queremos movernos entre estos contrarios es importante tener claro el PARA, mantener los ojos abiertos, no perder de vista la misión como religiosas de vida apostólica y vivir en actitud de continuo discernimiento.
Que cada religiosa tenga una vida enraizada en Cristo que le permita estar siempre disponible para la misión. Esto es lo que quiso Santa Claudina con el tantas veces mal entendido ‘voto de estabilidad’, aunque para hacerlo utilizara a la vez la única posibilidad que se le abría a la vida religiosa femenina de la época y asumiera el vivir en clausura.
La centralidad de la misión, la experiencia de los ejercicios como dinámica de la vida, la conversación espiritual, la disponibilidad, el discernimiento y el acompañamiento son algunos otros aspectos de la espiritualidad ignaciana que forman parte de nuestra tradición familiar desde los orígenes y que hemos recorrido en estos días.
Agradecemos a Teresa de Jesús, rjm y a Rosemary Mangan, rjm que nos hayan acompañado también con sus aportaciones históricas. Con ellas nos han ayudado a descubrir y comprender mejor las huellas de la espiritualidad ignaciana en la Congregación presentes desde nuestros orígenes.