Jesús es bajado de la Cruz

El mayor acto de piedad realizado por José de Arimatea es bajar a Jesús de la cruz y ponerlo en brazos de su madre.

También hoy existen muchos hermanos cuya tarea es “desclavar”, “descrucificar” a otros.  En este tiempo y en nuestro país hay una tarea que es inaplazable: EDUCAR, FORMAR, dar razones a niños y jóvenes para encontrarle sentido a sus vidas. Así lo hicieron conmigo las Religiosas de Jesús–María; cuando parecía que lo único que me quedaba era formar parte de los grupos que lograban todo crucificando a otros como lo habían hecho conmigo, ellas me mostraron el camino enseñándome a leer el evangelio en la realidad de muchos jóvenes de nuestra ciudad. Ahí aprendí que yo podía bajarme de la cruz y ayudar a otros a “desclavarse” de una vida de abandono, de miseria y de facilismo siendo levadura, sal y luz allí donde me encontrara.

Hoy más que nunca es actual y vigente el legado que nos dejó Santa Claudina: acercarnos a los otros con corazón de madre. Aún la ley debe ser ejercida con corazón de madre, pero con firmeza para formar hombres y mujeres íntegros que, conociendo su dignidad de hijos de Dios, reconozcan la de los otros y los traten como hermanos. Sólo así lograremos la fraternidad universal.