Jesús-María en JMJ 2016, Polonia,26 – 31 de julio, en Cracovia.
Compartimos algunas experiencias de quienes participaron en la JMJ 2016.
Sofía Padilla RJM: “Un grupo de alumnas del Colegio Jesús María de Buenos Aires y de Córdoba, Argentina, junto a religiosas y docentes, participaron de la Jornada Mundial de la Juventud en Polonia.
Ha sido una oportunidad muy enriquecedora para todas. Hemos vivido la calidez y cercanía de la hospitalidad de los polacos que nos han recibido, acompañado y guiado. Hemos aprendido de ellos, de su cultura, de su historia, y de su fuerza para levantarse siempre y seguir caminando a pesar de las adversidades. Hemos palpado la riqueza de una Iglesia diversa en colores, banderas, idiomas, y que vibra, a través de cantos, música, oraciones, bailes, por la comunión de lo que nos une: la fe en Jesús. También nos hemos dejado interpelar por las palabras del Papa Francisco que una vez más nos motivó a seguir a Jesús, a pesar de la incomodidad y de las dificultades, a vivir la vida con sentido y apasionadamente y a ser profetas de fraternidad y dialogo en un mundo donde cada vez hay más enfrentamientos.
También hemos estado en nuestra Casa general de Roma donde hemos seguido experimentando ese sentir de comunión de la jornada en Cracovia. Comunión con nuestras hermanas, con nuestra familia de Jesús María. Sin conocernos siquiera, sentirnos unidas por la gracia de este carisma que nos hermana y nos hace exclamar juntas: ¡Qué bueno es Dios!”
Algunas jóvenes de Argentina nos dicen:
“Antes de ir a Polonia, tenía un imagen totalmente diferente de la JMJ. Nunca me pude haber imaginado lo vivido en la jornada, estar ahí entre tanta gente, cantando y bailando, saludándonos con países de los que nunca escuché hablar, fue algo inexplicable. Para mí esta experiencia es inolvidable, ¡es impresionante la cantidad de gente que mueve la fe y como todo es risas y alegría por la misma causa! Las palabras del Papa fueron muy alentadoras para todos los jóvenes y se van a quedar siempre en mi corazón.” Paulina
“La JMJ fue una experiencia nueva, única e inexplicable. Fue increíble darse cuenta de la cantidad de gente que comparte la misma fe que nosotras. Fueron 5 días en los que desaparecieron los prejuicios y se dio un espacio para la unión entre personas de todas partes del mundo. En lo personal, me mostró, a través de las palabras del Papa Francisco, que los jóvenes somos el futuro de este mundo y que si queremos cambiar ese futuro tenemos que levantarnos del sofá y ponernos las zapatillas. ¡Estoy muy agradecida de haber podido vivir esta experiencia!” Agustina
“Estoy más que agradecida por la oportunidad increíble que tuve de formar parte de la JMJ. Fue una semana de pequeños momentos, pequeños encuentros llenos de ganas de aprender, escuchar, compartir nuestra fe con personas de distintos países. Una de las palabras que más marcó este viaje para mí, es “fraternidad”. Ya que a pesar de las diferencias en cultura, costumbres, idioma, siempre encontrábamos la forma de comunicarnos con cada persona: gestos, abrazos, bailando y cantando, sonriendo. Usando el lenguaje del amor de Dios.” Paz
“Para mí, poder vivir la experiencia de la JMJ fue algo único. Esta jornada me enseñó que un hermano no es solamente la persona con la que convivo todos los días, sino también esa que a pesar de haberla visto solo dos segundos, sabemos que tenemos algo tan simple pero tan importante en común, que es Dios. Además, en estos días lo tuvimos muy presente desde pequeños gestos que nos ayudan a crecer como personas.” Trinidad
“La JMJ fue una experiencia increíble, me volví llena, con mucha paz, y feliz. Lo que más me sorprendió fue el darme cuenta cómo la fe mueve fronteras, cómo gente de todo el mundo estaba reunida en un mismo lugar para compartir algo tan lindo como la fe. Como conclusión me quedo con dos frases del Papa para poner en práctica, la primera ‘la misericordia tiene rostro joven’ y la segunda, ‘seamos sembradores de esperanza’.” Montserrat
Un joven del colegio JM de Remiremont, Francia, nos cuenta:
« ¡Pienso que este viaje en Polonia ha estado marcado por muchos tiempos fuertes, sobre todo en el momento de asambleas importantes como la misa de Acogida del Papa o la vigilia final! ¡Encontrarnos 2,5 millones de jóvenes es verdaderamente una experiencia excepcional que me dejará de recuerdos inolvidables!» Pierre
“Quiero resaltar un gesto que me llamó la atención y que se repetía sin cesar en estas Jornadas: el choque de manos. Cuando los grupos de jóvenes se cruzaban o se encontraban en el camino, todos levantaban su mano abierta para saludarse y entrar en contacto con el otro. Así, se unían manos de diferentes colores, tamaños, texturas… acompañadas por una sonrisa en sus rostros… como si ese breve instante fuera un deseo de fraternidad desde siempre y para siempre… tocar, tocarse, estar cerca, hacer puentes…”
Alejandra Diaz RJM