12 agosto 1925-2015
Hoy es un día importante, porque Dios ha estado grande. Hoy celebramos SU FIDELIDAD y la capacidad de respuesta de nuestra querida Madre Cecilia.
Porque 90 años es mucho más que una vida; es una historia de amor y de entrega. Dios que ama, que llama y que sostiene, que da la fuerza y lleva de la mano.
Y quienes tenemos la suerte de ser testigos de este misterio de vida hoy celebramos y damos gracias a Dios por el regalo de una vida lúcida, capaz de interesarse por los acontecimientos y por las personas, por la historia de la Congregación y de la Iglesia.
Con M. Cecilia y por ella, damos gracias a Dios y decimos una vez más:
“Sean por siempre alabados Jesús y María”