Jesús es condenado a muerte
Hoy, Jesús continúa siendo condenado a muerte en su pueblo. Un pueblo inocente que es marginado, rechazado y que permanece sin voz. Desde el punto de vista de los derechos humanos, los creyentes hindúes, cristianos, sijs, chiitas o ahmadíes sufren en todo Paquistán una gran discriminación religiosa, llegando a ser objeto de violencia. Son numerosos los acusados falsamente de blasfemia o de otros crímenes, llegando incluso a la muerte, por el simple hecho de pertenecer a una minoría religiosa. En la actualidad, la mayoría de nuestros hermanos y hermanas cristianos viven en la indigencia, viéndose privados de lo mínimo necesario para vivir. La imposibilidad de acceder a buenos puestos de trabajo a pesar de estar bien formados imposibilita acabar con esta circular de pobreza. Cómo Religiosas de Jesús-María compartimos en Cristo el dolor y el sufrimiento de nuestro pueblo.